jueves, 22 de febrero de 2018

Esos malditos progres

“Difícil de entender”, “no cumple su función”, “la Semana Santa no se presta a este tipo de experimentos”, “es imposible evangelizar con arte abstracto y con obras conceptuales”, “que esto es Sevilla, no Los Ángeles o New York”, “pero si eso es una servilleta llena de kétchup y mostaza”, “estos malditos progres conseguirán cargarse la Semana Santa”… Esas son algunas de las frases, algunos de los argumentos que durante estos días he leído y escuchado para criticar el paño de la Verónica que Guillermo Paneque ha ideado para la hermandad del Valle.

No pretendo meter todas las críticas en el mismo saco, eso vaya por delante. Entiendo y tengo bastante consideración a algunos de los argumentos anteriores porque, como debe ser, están hechos desde el entendimiento y desde el respeto. Y esto último, el respeto, es lo que creo que ha faltado en muchos de estos argumentos. Por eso me he querido centrar, también desde el respeto, en los que creo que de verdad merecen la pena.

¿Por qué no cumple su función esta obra? ¿De verdad no evangeliza esta obra, el sentido de esta obra, el significado de esta obra? ¿Pero cómo puede alguien decir que esta obra no evangeliza? ¿La ausencia de imagen no evangeliza? Puedo comprar todos esos argumentos, los puedo entender. Pero me choca que muchos de los que los toman por bandera sean los mismos que defendían a la hermandad de la Vera Cruz cuando el año 2012 hizo estación de penitencia sin sus Sagradas Imágenes. Yo fui uno de los que defendió a esa hermandad, igual que hoy defiendo la obra de Paneque. ¿Saben por qué? Porque, igual que el silencio también es música, entiendo que la ausencia de imagen también tiene un sentido.

Puede que sea difícil de entender, lo compro. Pero que algo sea difícil de entender no quiere decir que no evangelice. ¿No es difícil de entender el significado de “La Canina”? ¿O me van a decir que ponen a un niño delante de ese paso y entiende perfectamente su significado? Pues claro que no lo entendería, igual que tampoco entendería el significado del paño de la Verónica de este año. Pero para que lo entienda no hay que renunciar a “La Canina”, lo que hay que hacer es enseñarle su significado. Lo mismo que hay que hacer con esta obra de Paneque.

Claro que la Semana Santa se presta a este tipo de experimentos, claro que Sevilla no es Los Ángeles o New York, claro que entiendo, respeto y admiro la mentalidad de donde vivo. Pero eso no quita que no esté abierto a otras cosas, eso no quita que no entienda y me interese por otros caminos artísticos para evangelizar. Yo no sé si soy progre o no, ustedes llámenme como les dé la gana, lo único que sé es que la evolución no es mala. Y en muchos casos, en la Semana Santa por ejemplo, es muy necesaria.

Fueron progres, malditos progres como Montañés o Juan de Mesa, los que revolucionaron la imaginería en esta ciudad. Fueron progres, malditos progres como Rodríguez Ojeda, los que se inventaron un nuevo concepto estético para la Semana Santa. Porque tan progre fue Velázquez como Picasso, entiendo que el arte y el sentido evangelizador siempre van a tener una vuelta de tuerca. Por eso entiendo a Paneque, por eso defiendo su obra.

Progres como Paneque no se cargan el arte, lo renuevan. Progres como Paneque no se cargan el sentido evangelizador del arte, le dan otra visión. Progres como Paneque no se cargan la Semana Santa, le dan nuevos puntos de vista.

Progres como Paneque resucitarán la Semana Santa.
Estoy convencido.




José Antonio Montero Fernández.

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